miércoles, 4 de mayo de 2011

Macho que se respeta, Alfa dominante, espalda plateada... no come ensalada!

A manera de prólogo.
Lucía, mi hija, es super cariñosa, abraza, besa, acaricia todo el día, desborda "te quieros", "te amos" y demás caramelitos. Mateo, mi hijo, entre dientes, una vez a la semana, solo es capaz de decir un te amo a insistencia mía. Lucía quiere besarlo y abrazarlo, él la quiere lejos, la trata de potona, fea y demás piropos entre hermanos. Ella llora porque dice que su hermano no la ama, él solo me dice a mi que sí la ama pero no quiere abrazarla ni besarla y se siente pésimo de hacer sentir mal a su hermana.
Luego juegan.
Yo los espío sin que me vean. Juegan a los perritos. Ella esta echada en la cama y llama a su perrito, sin hablar, solo gestos y ruidos. Él se arrastra en cuatro patas hasta la cama, se acerca. Ella le estira la mano e intenta acariciarlo. Él se acerca, lento, sigiloso, hace ruidos como un tigre al acecho, le enseña los dientes intentando amenazarla, estira su cabeza hacia adelante y deja que ella lo toque. Ella le susurra con cariño, le acaricia el cabello con mucho respeto. Él ahora se menea como un gatito, sus sonidos pasan de agresivos a sumisos, no la mira, solo deja que ella lo acaricie. Ella lo calma y él cede. Él se deja acariciar.
Se quedan quietos por un momento viendo la tele, él ha olvidado que no quiere ser tocado por la hermana, ella lo acaricia con cuidado, solo la cabeza, sin hablarle.
De pronto dejan de ser perritos y se separan. Yo me estremezco con la escena.

Emocionada y felíz de ver cómo mis hijos juegan y se quieren en su lenguaje alterno y altamente preocupada al darme cuenta cómo infelizmente el género masculino, día a día, se esfuerza, trabaja y lucha por recuperar esa parte que las mujeres reclamamos de ternura, apertura y cariño y que curiosamente somos las mismas mujeres quienes muchas veces nos encargamos de anular.

Me vienen a la mente las series que vemos hoy en día, en donde los protagonistas son hombres, casados, solteros o gays y que hacen gala de todas sus debilidades, estupideces y aciertos dentro de la familia, con sus pareja o sus amantes, son simplemente sensacionales. Ponen en blanco y negro el mundo interno de los hombres , ese mundo tan diferente al nuestro desde la manera de percibir las cosas hasta la forma en que las recuerdan.

Nosotras las féminas, nos encargamos desde pequeñas de mandar mensajes confusos a los hombres, no nos conformamos con nada, queremos los dos lados de la moneda, ellos,( macho que se respeta, Alfa dominante, espalda plateada), hacen y deshacen su ser, su lenguaje, se amoldan, se acoplan, avanzan y retroceden, tratando de ver cuál es el mejor camino para llegar a nosotras.

!!!!Pero si nosotras mismas no sabemos cuál es el camino!!!

Queremos un hombre inteligente, educado, guapo y con tema, pero no tan denso ni complicado que terminemos con dolor de cabeza luego de escucharlo, ni tan fofo en sus palabras que nos haga desarrollar nuestra capacidad de disoc¡ación mental al máximo para soportar tamaño aburrimiento. Lo de guapo, lo podemos superar, por ahí escuché.. "no importa que sea feíto, sino bueno" (y límpio claro!!).

Queremos un hombre que sea bueno, dulce y cariñoso. Pero no tan bueno que califique para lorna ni tan cariñoso que empalague hasta el cansancio.

Queremos un hombre sensible, comunicativo y atento.. ahí si que casi nos equivocamos de planeta. Que sea sensible pero que no parezca gay, ni una "madre" dentro de la casa. Comunicativo, pero generalmente no los escuchamos, entontonces qué es lo que esperamos que comuniquen? y atento y caballero pero que tampoco nos haga sentir unas inutiles sin voz ni voto.

Además, por otro lado les hemos querido arrebatar su rol de macho dominante, que creo yo corre por sus venas a mil por hora. Por temor, por mal entendimiento, por confundir tal vez su necesidad de territorio, de sentir que su mujer le "pertenece", su deseo de sentirse un macho espalda plateada aunque sea cuando arregla la llave del caño. Y nosotras, entendemos todo al revés, pensamos que nos quieren someter, dominar, y sacamos las uñas, nos queremos liberar, independizar, nos sentimos únicas y omnipotentes y así se los hacemos sentir.

Entonces el macho que se respeta, cede y cede, ya no propone ni mucho menos sorprende, nos pregunta todo: ¿a dónde quieres ir?, ¿qué quieres comer?, ¿qué película quieres ver?., etc. Esta se acuerdo con todo: "Lo que tu quieras", "Lo que tu digas", "me da igual", etc... entonces nosotras pensamos que a este patita le falta más de una neurona y comenzamos a fastidiar para que aflore nuevamente el macho que en el fondo también queríamos tener. Es una especie de contrapunto: anular al macho que nos atemoriza, por el riesgo de ser maltratadas, y provocar al macho cuando la cosa se pone aburrida. Ellos, han aprendido, para bien y para mal, hay pocos que saben cómo ser exactamente lo que queremos, lo suficientemente machos para sentirnos protegidas y a salvo, contenidas y seguras si necesitamos calmar una pataleta o una noche de luna y, al mismo tiempo ser lo suficientemente no machos para dejar aflorar sus ternuras y calideces sin que esto les haga sentirse vulnerables.

En fin, a éstas alturas del partido .. empiezo a entenderlos un poquito...

miércoles, 23 de marzo de 2011

Ellas estan en ventaja!!


Oh por Dios!!!, ellas habitan nuestro cuerpo, de pies a cabeza, el alma y el corazón.
Están latentes todos los días, adormitadas, alertas, aparecen cuando menos lo esperas, rebeldes, angustiadas, sensibles. Las benditas hormonas...queridas mías.
Al fin las pude reconocer y aceptar: sí pues. Cuando ellas aparecen no hay más vueltas que darle, que "SEAN", que exploten que salgan y disparen por todos lados, aunque aprendí a afinar la puntería, es inevitable.
¿Estás con la regla no???.. Sí, carajo!!! ¿Además del grano en la cara, algo más se me nota?.. Nooooo, que va!!!, "Si me hablas mejor callate, si no me hablas me estas ignorando, si te acercas me fastidias, si te alejas me abandonas, si me das un chocolate me quieres engordar para irte con otra, si no me das nada ya no te importo". Podemos apelar locura temporal??? SPM en su máximo apogeo apoderado de nuestra consciencia, sub conciencia y demas estratos mentales estudiados por Freud y amigos (que no tenían SPM). Será cierta tanta belleza???.. Síii, la mayoría somos así, el SPM se puede presentar bajo diferentes síntomas, todos válidos y más o menos intensos, ahí van: Hambre, hambre, dulces, chatarra.
Sensibilidad extrema estimulada por un afán casi perverso de, justo ésos días, ver en la tele algo sumamamnte telellorón.
Irritabilidad, aparte de la hinchazón de panza y de "amigas", que de por sí ya es una desgracia xq la ropa nos ajusta y creemos que hemos engordado, en ésos días nada, (y léase bien ) nada, ninguna respuesta nos hará felices, mejor es apelar al 2% de No sabe no opina, dar media vuelta y no contradecirnos, claro sin hacernos sentir unas idiotas y sin decir "Ahh ya...¿estás con la regla no???". Porque ahí sí, la irritabilidad se convierte en furia y en pelea segura.
Tristeza muy triste. Avalancha de todos los malos recuerdos que podamos haber almacenado y que en dos días no recordaremos más, inseguridad y pensamientos catastróficos de todo lo malo que nos puede suceder. Si a ésto añadimos signos de pensamiento filosófico entonces estamos fritas porque ahí sí ni nuestra mejor amiga nos tolera.

Es impresionante, las benditas hormonas son compañeras fieles, estan siempre ahí, haciéndonos sentir cada mes el milagro de la vida, de las emociones intensas, de los hijos no concebidos.
Con el tiempo aprendí a quererlas y respetarlas y ver mis telelloronas y llorar sabiendo que no va a suceder nada trágico o a pelear sin excederme de la raya, o a decir: "Sí pues, estoy con la regla, no es un buen día para ésto o quello??".

Ellos, algunos privilegiados, aprendieron a hacerse a un lado sin irse lejos, a poner cuerpo al suelo y contemplarnos en nuestra confusión de unos cuantos días. Sn comprendernos pero respetando nuestros vaivenes de todos los meses.
En fin, el SPM, la regla, la post regla, la ovulación y demás, una vez más nos hacen privilegiadas, únicas, hermosas. Luego todo recupera su ritmo normal, volvemos a ser sonrientes y flacas, ja, ja.

Y ni qué decir si se junta SPM + Luna llena, ésa sí ya no la cuento...