Esos detallitos, pequeños, grandes, constantes o aparecidos de cuando en vez, que, por lo menos a mi, o creo que a las que somos más que exigentes nos hacen perder el encanto, la fascinación por ese que creemos principe azúl y resulta siendo morado, ahí van:
De la presentación:
Zapatos negros con medias blancas.
Mocasines de salsero.
Manos descuidadas, uña del meñique larga.
Camisa hawaiana en fiesta de navidad.
Pelitos sobresaliendo de la nariz, o peor aún de la oreja.
Carro lleno de papeles, ropa y restos de comida.
Diente con funda de oro.. a lo Pedro navaja...
Del tema:
Los que solo saben congujar la primera persona.
Los que se lanzan a la primera con piropitos, sin ver si hay agua en la piscina.
Los excesivamente complejos o excesivamente simplones en sus temas.
Los quejones.. de la ex, del trabajo, del jefe o del tráfico o de todas las anteriores.
Los que esperan los últimos 0.5 minutos del encuentro para decir: "y tú.. ¿qué tal?".
Los que te vuelven a preguntar algo que les dijiste hacía 10 minutos... imperdonable.
De los modales:
Hablar por el celu, el nextel y todo aparato electrónico que le permita mostrar que es un hombre altamente requerido.
Poner la radio del auto a todo volumen y con la música que sólo a él le gusta.
Hacer roche (lío) en algún lugar público por detalles intrascendentes.
Solo para comenzar, la lista es larga.. uppsss!!!
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